lisboa open house: francisco aires mateus atelier

imagen1

Imágenes © Santiago Jiménez Cortés

Lisboa fue la ciudad natal de los hermanos Rocha de Aires Mateus. Allí ambos estudiaron arquitectura para después colaborar en diferentes estudios y finalmente formar uno propio en 1988.

Con motivo de la Open House el arquitecto Francisco Aires Mateus nos invitó a visitar su lugar de trabajo. El edificio es el resultado de la reforma y adaptación a estudio de una tradicional vivienda lisboeta del siglo diecinueve, con una fachada azul, fábrica cerámica de acabado vitrificado y forja de estilo modernista. Suponemos que el arquitecto elige este contexto para tener un lugar tranquilo en el centro de la capital lusa rindiendo además homenaje a la tradición arquitectónica del país. 

Sin embargo, siendo esta la entrada preexistente, el arquitecto nos recibe de una forma más discreta y moderna. El acceso se realiza a través de una puerta y un estrecho corredor que nos llevan a la antigua parte trasera del edificio. En este espacio contemplamos la magia «Aires Mateus« y nos olvidamos de dónde estamos realmente para encontrarnos en un pequeño jardín que ahora sí podríamos identificar como la fachada principal del estudio.

Un espacio casi «zen» de grava blanca y pequeños naranjos nos anticipa el hall de acceso cerrado por un paño acristalado y protegido por un rotundo porche que se posa fagocitando así por completo la antigua vivienda.

Cuando accedemos al interior contemplamos lo que fue el hogar de algún burgués reconvertido con un gusto excelente. Nos sorprende cómo el nuevo uso del edificio combina a la perfección los acabados interiores, como el suelo de madera o los altos techos blancos con sus molduras en escayola, con el moderno mobiliario y el tecnificado instrumental que hoy en día empleamos para proyectar. Los despachos de trabajo, la biblioteca, la sala de reuniones e incluso el aseo responden eficazmente al difícil trato entre lo antiguo y lo contemporáneo: espacios luminosos llenados por lo esencial.

Encontramos por el suelo o las estanterías bosquejos, maquetas de antiguos proyectos, planos, revistas de arquitectura o muestrarios de materiales como única decoración. Otra de las cosas que nos sorprende es encontrar una batería eléctrica en uno de los despachos, lo que nos habla de las destrezas y gustos por otros artes como pueda ser la pintura, la poesía o en este caso la música, que muchos arquitectos tienen.

Seguimos con la visita y llegamos a la planta baja. En este nivel se conjugan espacios blancos y  negros. Así perdemos la idea doméstica que teníamos en la planta superior para pasar al taller. Encontramos un espacio diáfano poblado por maquinaría de corte, espacios de trabajo y especialmente decenas y decenas de maquetas. Las maquetas en porexpán, madera e incluso hormigón nos ayudan a imaginar el método de trabajo del arquitecto y cómo realiza unos edificios tan puros a la vez que contundentes. Para cerrar la visita la colaboradora de Aires Mateus que nos guía nos comenta que en ocasiones este espacio se libera y se convierte en una sala de fiestas donde se organizan aperitivos e incluso pequeños conciertos.

Como conclusión de la visita querría resaltar la experiencia de poder conocer al arquitecto a través de su espacio de trabajo y sus métodos de ideación y proyecto. En este caso comprendemos como Aires Mateus conjuga la arquitectura tradicional y la moderna mediante un lenguaje claro y conciso; a partir de una volumetría sencilla consigue una sutileza formal impecable desarrollando espacios de gran interés.

Escrito por Santiago Jiménez Cortés (@santijc93)
 

2013-10-05 14.53.21

IMG_6299

2013-10-05 14.56.01

IMG_6304

2013-10-05 15.00.15

quieres más imagenes y comentarios?  pásate por facebook  y  twitter

Deja un comentario