El primer acto constitutivo del proyecto es el de observar. De esta forma se observa el gran vacío que existe en este punto causado por la falta de alineación de la antigua harinera con la avenida El Ferial y la brusca ruptura del largo y continúo alzado de la avenida que genera con este vacío una conexión visual entre el límite de la parte antigua de Benavente con una zona de futura expansión. En este mismo acto también surge la observación del propio edificio existente y sus valores arquitectónicos, sociales y culturales. Debido a este primer análisis, contextual y arquitectónico, surgen las primeras respuestas.
El nuevo Museo del Toro Enmaromado poner en valor su condición de remate particular de su manzana como elemento que mire a las dos zonas, al pasado y lo moderno. Además se debe evitar la alineación prevista en la normativa y mantener los muros perimetrales del edificio actual y los grandes vacíos que giran entorno a él. De esta forma se puede crear una gran plaza-vestibulo exterior que activa todo el vacío existente entre la edificación y la avenida superior.
De esta forma se recupera este gran espacio perdido en la actualidad para ostentar nuevas funciones como la de plaza pública que articule la zona antigua y la próxima, sala de exposiciones y de proyecciones al aire libre para poder retransmitir en directo todas las actividades realizadas en durante la Fiesta del Toro Enmaromado, conectar peatonalmente la avenida superior con el Vial del Canal al expandirse y horadar el edificio en su parte sur , además de resolver urbanísticamente esta zona tan peculiar dejando debajo de la misma el paso de coches, las instalaciones, los aparcamientos y jerarquiza los jardines circundantes.
De esta forma, gracias al vacío delantero el edificio se “usa” en la calle, compactando “en usos”, y no en masa, la manzana cerrada en la que se ubica. De esta manera se desdibujan los límites de la manzana, y del propio edificio, porque aunque estemos en un espacio descubierto, nos encontramos dentro del Museo.
Antes de hablar del interior del edificio es obligatorio detenernos en la propia Fiesta del Toro Enmaromado, y si se nos permite, haberlo vivido y corrido.
Cualquier persona que haya vivido y corrido el Toro Enmaromado, sabe que existen tres conceptos esenciales: el toro como parte sine qua non, el hombre que corre con el animal y la maroma que los une los elementos anteriores. No hay más.
Así se pretende que sea nuestro edificio, donde el espacio general interior está formado por una caja contenedora soportada por la masa que se conserva (metal-ladrillo / toro-humano), en el que insertamos una serie de cajas unidas entre ellas por su recorrido (que simbolizan al toro, los corredores y la maroma como elemento que une a los anterior) con lo que el propio museo escenifica toda la fiesta del toro enmaromado, sentimiento que se percibe desde el mismo recorrido hacia mismo por el acompañamiento de la sombra de las letras como si de otros corredores se tratase..
Dentro de este espacio contenedor, existen dos tipos de espacios. Uno son las cajas, que simbolizan a los corredores (junto con las letras y sus sombras), en la que colocar las exposiciones temporales, y que están unidas mediante una serie de conexiones, que simbolizan la maroma. Entre ellas y el espacio contenedor, existe un espacio intersticial, y que simboliza la propia ciudad, y que puede llegar a cuatro alturas, pone en valor el espacio interior y permite tener múltiples perspectivas interiores conectando todo el interior.
Todo el interior se ilumina mediante luz cenital invadiendo, tensando y matizando ese espacio intersticial, confundiéndose a veces si una calle de la ciudad atrapada para contar la fiesta o es una continuidad hacia el interior del espacio plaza exterior que nos recibe. En ambas situaciones, ya desde la plaza-entrada se colocaran exposiciones temporales que se desarrollaran a lo largo de todo el interior, sumándose a las permanentes.
De esta forma el futuro museo del toro enmaromado pretende contar el espíritu y esencia de esta gran fiesta. .
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Arquitectos: Rubén García Rubio y Ángel Fernández Poyo Colaboradores: Eva Serrano Mateos (Aparejadora) Promotor: Excmo Ayto de Benavente Fecha: Enero 2011