¿Quién no ha coqueteado durante sus años universitarios con la obra de Jorge Oteiza? Un escultor que ante a la pregunta de qué es el arte no duda en afirmar que “una inteligente y sensible organización del espacio pero”, siempre hay un pero, “con una salida a la magia”. Esta es la razón por la que no cierra sus famosas cajas. Unas rendijas que le sirven para señalar el estado de formación intermedia de las mismas. Pero también son los lugares por lo que salen los latidos internos de su vacío. Pliegues inconclusos activadores el espacio. Y así el verdadero protagonista de la obra es el espacio interior.
De una forma similar Dominique Perrault hizo arquitectura sin arquitectura en su Biblioteca Nacional de Paris. Construyó un edificio sin materia, solo de vacío. Un espacio central que se activa con las relaciones interdependientes entre las cuatro grandes y finas esquinas que lo limitan. Cuatro ángulos en forma de libro abierto que en su mirar centrípeto insinúan a nuestra mente un gigantesco prisma posado sobre un zócalo. Y así construye un edificio básicamente con vacío. 15% material. 85% inmaterial. La evocación al servicio de una arquitectura por medio de uno de sus principales ingredientes, el espacio interno.
Domique Perrault Arquitecture Biblioteca Nacional de Francia (1989-85) Promotor: Ministerio de Cultura de Francia Dirección: Quai François Mauriac 11, Paris (Francia) Tarde del 27 de enero de 2013 Dedicado a mi compañera de viaje SVN por su cumpleaños