Imagenes © Daniel Edgardo Viu
En los últimos años, el lugar preponderante de la “obra como un objeto terminado” ha alejado la atención de los procesos, ya sean educativos o creativos. Lo importante es no detenerse, poder justificar una permanente actividad en la que sigue imperando el ritmo de la productividad, de la eficiencia. En el Taller Sur [1] vamos más allá del imperativo de la sola actividad, hacia un concepto de acción que incluya detenerse, que de cabida a esos tiempos mueros que son tan creativos y que permiten volver a pensarlo todo. Y no sólo para evitar el rápido agotamiento al que es sometida hoy cualquier propuesta cultural, creativa o académica, sino sobre todo porque, en la trampa de la actividad, lo que es sacrificado es el tiempo y el espacio para la pregunta por el sentido. El mundo contemporáneo -invadido de virtualidad, de infinitos fragmentos, y de instantaneidad- conlleva un desafío que creo importante: construir esas instancias de reflexión que, poética y sabiamente, planteó A. Yupanqui cuando escribió “andar despacio para que madure el fruto”.
La enseñanza del Proyecto Arquitectónico es en sí misma un Proyecto Cultural [2]
El Taller Sur propone abordar la enseñanza, desde el inicio, asumiendo que los estudiantes viven en un mundo muy complejo, de infinitas simultaneidades, de redes, de hiperconectividad, de accesibilidad virtual a cualquier campo del conocimiento. Esta realidad en la que se mueven los estudiantes y la comunidad académica en general, no hay que suprimirla, simplificarla, esquematizarla, porque corremos el riesgo de negarla en el ámbito de la Facultad e introducir a los estudiantes en otro mundo: un mundo simple, bucólico, ingenuo. La modalidad trata de introducirlos en otras complejidades que tienen que ver fundamentalmente con el compromiso social, la participación y la creatividad fuertemente vinculadas a nuestras realidades.
El proyecto de arquitectura lo entendemos como una acción cultural, creativa, compleja, comprometida, inclusiva tanto de los saberes segmentados que brinda nuestro ámbito académico como de aquellos otros que surgen de las culturas populares. Estamos en el sur, miramos desde el sur, y desde allí percibimos las historias, la música, el cine, la fotografía, la literatura, la escultura, la pintura, las artesanías, todas las producciones artísticas.
En ese sentido, la noción de paisaje cultural resulta fecunda para entender la complejidad implícita en el proyecto de arquitectura, significa la oportunidad de extender la mirada. La noción de paisaje como modelo analítico es operativa a la definición de estrategias proyectuales. Se trata de una extensión, de una ampliación de la relación entre las categorías análisis y proyecto que supone atender a los materiales culturales de los territorios sobre los que se opera. Intentamos recuperar cierta omnicomprensión, que atiende a fenómenos tangibles e intangibles, a la historia, a los imaginarios, a las formas preexistentes tanto naturales como artificiales, intentando dar cuenta de los territorios sobre los que operamos, con toda la carga cultural del mundo con el cual dialogan.
Escrito por Daniel Edgardo Viu
Rosario, diciembre de 2013
Estimados, les escribo para enviarles un articluo que continua con las experiencias del Taller Sur, que ustedes publicaron en febrero del 2014. Me gustarÃa poder publicar esta experiencia, aprovecho la ocasión y los saludo muy atte.
*Daniel Viu *www.viubuzaglo.blogspot.com
Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño. UNR Viu Buzaglo & Asociados. Oficina de Arquitectura
Ituzaingo 1237. Rosario. Argentina Tel +54 93412 775 276. Fv: Pi Viu http://www.tallersurfapyd.wordpress.com