El perfil de las poblaciones castellanas ha estado siempre en un constante estado de transformación a lo largo de los siglos. Los primeros “rascacielos” castellanos fueron sus famosos castillos. Fortalezas que se alzaban a la conquista de las alturas por razones bélicas. Posteriormente esta hegemonía fue asaltada por el poder eclesiástico. Campanarios y agujas que se lanzaron para acercarse al cielo. Y cuando el paso de los siglos indicaba que ya nadie podía reconquistar de nuevo este dominio, llegó la tecnología. Y con ella llegó el poder público, y el privado, y se levantaron un sinfín de infraestructuras que modificaron el perfil de las poblaciones de la región.
Esta imagen se puede observar en aquellas ciudades que tienen alzado. Y Zamora es una de ellas.
Al otro lado del río Duero se puede observar la foto finish que marca la línea que zigzagueantemente corta el cielo. Y en ella vemos a un lado su castillo. Y a continuación su catedral. Y después sus iglesias románicas. Y más allá, donde la ciudad antigua se funde con la moderna, se alzan los cubos abstractos de su nuevo Teatro Ramos Carrión. Pero a diferencia de los anteriores este nuevo quiebro no se construye con su piedra típica, que gritaría un peso propio de otro tiempo, sino con un ritmo vítreo que aun expresando su densidad contemporánea dialoga con el cielo zamorano.
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Morales, Mariscal y Poyo Rehabilitación y Ampliación del Teatro Ramos Carrión (1995-2012) Promotor: Ministerio de Vivienda y Diputación de Zamora Dirección: C/ Ramos Carrión 25, Zamora Mañana del 14 de enero de 2013 Fotografía de Francisco Fuentes Vicario Dedicado a Pepe, Juan, Paco y Ángel
que puede decir un padre de su hijo?
para el es el mas guapo y el mas listo…
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