Ortofoto aérea de la ciudad antigua de Pingyao, 2014 (Google Maps). Pingyao, provincia de Shanxi, corazón de China, cerca de Xián.
Puedes encontrar sus torres comparadas con las de Ávila, el trazado de su muralla podría parecerse más al de León y por sus alardes técnicos se encontrarían similitudes con la muralla renacentista de Pamplona. Sin embargo, hablamos de una muralla, que se encuentra en China, y que fue levantada a partir del siglo XIV, reformándose hasta el s. XVIII. Ciudad con más de 2.700 años de historia, con una muralla que sigue los cánones de la época (1370) en la zona, cánones que no me dejan de recordar a los de la antigua Roma (León). Las más de 70 torres adheridas a la muralla le confieren una gran solidez (Ávila) y sus sistemas de entrada, las distintas puertas, los fosos, sus puentes, la forma ataluzada de sus muros, todo ello, mejora su defensa incluso frente a la artillería (Pamplona).
Muralla y torres, vista exterior, Pingyao.
Detalle del foso y el antemuro de la puerta norte, con una torre adosada a la muralla al fondo, Pingyao.
Por otra parte, el estado de conservación de la muralla, y de la ciudad que defiende, es muy bueno, se habla de más de 4000 construcciones originales en su interior, que se conservan casi íntegramente, como hace 500 años; la arquitectura popular china no es materia de estudio habitual en las escuelas de arquitectura españolas, quizás por ello, sorprende aún más su belleza; la curvatura de sus tejados no parece tener explicación lógica- la magia de lo desconocido-.
Puerta norte, Pingyao. El acceso original era a través del puente y de la torre-patio, con un recorrido en zigzag, se ha abierto un arco-puerta a la derecha de la torre para facilitar el acceso directo al interior.
Calle comercial del centro de la ciudad antigua de Pingyao.
Un rincón de las calles de Pingyao.
Sin embargo, quiero que reparéis en el material: el ladrillo y la tierra. En las imágenes de la muralla de Pingyao y de su ciudad destacan a el ladrillo como material fundamental, al menos en su aspecto exterior, sin embargo, todo se sustenta porqué en el interior hay un corazón de tierra. Acostumbrados a la piedra en los castillos europeos, a todos nos llamaba la atención que la Gran Muralla China fuese de ladrillo – tierra cocida-, pero también existen en España importantes construcciones defensivas levantadas con ladrillo, como La Mota de Medina del Campo o Coca en Segovia. En cualquier caso, la necesidad de anchos y resistentes muros ha obligado siempre a rellenar el interior de los muros con tierra, cascajo, piedras, etc., independientemente del aspecto exterior de la muralla. En algunos casos, se construían primero las caras exteriores y luego se rellenaba el muro, en otros, como parece suceder en Pingyao, se construía primero un muro o terraplén de tierra compactada y con posterioridad se acaba revistiendo al exterior con un material que lo protegiese del agua, con ladrillo en este caso. En la muralla de Pingyao, se ha revestido todo el muro exterior con ladrillo, el paso sobre la muralla (o adarve), las torres y puertas al completo, y las escaleras interiores de acceso también, sin embargo, la cara interior de la muralla – la que mira a la ciudad- conserva su rostro de tierra y remarca sus hiladas de compactación, unas cremalleras de ladrillo, -que no son otra cosa que los desagües del adarve-, jalonan el limpio trazado interior.
Interior de la muralla, escaleras de acceso al adarve y desagües de la muralla, Pingyao.
Detalle del canal de desagüe de la muralla, al interior de la ciudad, que pone de manifiesto la masa de tierra que forma el núcleo de la muralla.