Antes de realizar la casa de Baveno había construido las casas para trabajadores en Sesto San Giovanni. El proyecto [las casas en Baveno] tenia un tema que me parecia seguro: dotar a cada alojamiento de las mejores condiciones de habitabilidad asegurando que a cada nucleo familiar el posibilidad de aislamiento más elevada posible. Así el salón, las habitaciones y las terrazas se habian llevado hacia el sol y el verde, y los servicios y pasillos hacia el norte sobre la carretera. Los mismos pasillos habian sido reducidos hasta pequeñas tiras incluso alejadas de la fachada para fuese desagradable pararse y que al pasar la gente no molestase . He pasado un domingo de primavera por la mañana a observar desde una cafeteria como habitaban mis casas […] y me he dado cuenta de la inexactitud de mis calculos. Las terrazas al sol estaban llenas de ropa y toda la gente estaba en el norte en los pasillos delante de cada puerta para participar como actores y espectadores de su propio teatro y del de la carretera […] En ese momento he entendido que poco exacto era mi pensamiento […] El orientamento, el verde, la luz y el poder aislarle cuentan, pero sobre todo, cuenta verse, hablar, estar juntos. Lo que más cuenta es la comunicación.

Giancarlo De Carlo

En «Casabella» n.201 de 1954

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