Mi edificio favorito es realmente una tipología y, porque no, un homenaje a tantas y tantas construcciones que tradicionalmente no han sido consideradas como arquitectura, pero que a menudo han supuesto una inmensa fuente de inspiración para grandes arquitectos. Mendelsohn y los futuristas italianos experimentaron una gran fascinación con la enorme potencia formal de los silos de cereal, Le Corbusier y Behrens anhelaban la sinceridad de las factorías, Hilberseimer admiraba también diversas tipologías industriales y Banham estudió magistralmente en La Atlantida de Hormigón su influencia y relación con los arquitectos.
Las cooling towers son esas potentes estructuras cuya única misión consiste en rebajar la temperatura del agua de refrigeración en las plantas de producción de energía.
Cuando la lógica constructiva y la funcional son protagonistas en los edificios, los arquitectos a menudo pensamos que falta la capacidad de emocionar. Estas cooling towers y otras tantas construcciones del ingenio industrial, echan por tierra este equivocado pensamiento. He querido elegir hoy a estas torres como mi edificio favorito, para desmitificar de alguna manera los hoy día frecuentes equivocados caminos del exceso formal y el recurso fácil falto de rigor que consumimos de manera tan rápida con las últimas tecnologías de la comunicación. He recorrido varias de estas torres en muy diferentes lugares, y como sucede cuando visitamos los edificios de los grandes maestros, una extraña e inmensa sensación de que allí algo maravilloso está sucediendo, os puedo asegurar que tiene lugar. El Panteón de Agripa ya está en esta interesante serie de edificios favoritos. Estas torres, me recuerdan en cierta manera a la pieza maestra romana, pero me atraen aun más al pensar que han sido creadas sin pensar en su belleza ni bajo criterios clásicos de la estética, sino que son emocionantes por si mismas, por su enorme sinceridad y potencia espacial.
Puedo aseguraros que la experiencia de entrar en una de estas construcciones, que no están en los habituales circuitos de visitas de los arquitectos, es una de las más emocionantes desde el punto de vista espacial que se puedan tener. Os traigo unas fotos de una de las dos cooling tower del reactor número 4 de Chernobyl, en plena construcción cuando aconteció el desastre, y las de otra ya sin uso en una central térmica en Bélgica.
Texto e imagenes de Cesar Azcárate (2015)
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