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Casi veinte años después de su estancia en la American Academy in Rome un ya consagrado Louis Kahn volverá a Venecia. Esta nueva vinculación comienza con la invitación a participar en su Bienal de Arquitectura de 1968 y se afianza con el encargo del Palazzo dei Congressi unos meses más tarde.

El desarrollo de este proyecto fue largo y complejo. Tanto que aunque acompañará a Kahn hasta su muerte nunca llegará a realizarse debido a una mala gestión de las autoridades. Esta es la razón por la que existen varias versiones del mismo que incluso llegó a tener hasta varios emplazamientos. Pero en todo este recorrido la Forma, entendida en términos kahnianos,  siempre se mantuvo inalterada.

La idea del edificio es sencilla (y previsible): un gran puente colgante. El acceso y las comunicaciones verticales, los espacios servidores, se sitúan en los apoyos. Mientras que la sala principal, el espacio servido, ocupa todo el espacio central situado entre las dos grandes cerchas. De esta forma la sala se concibe como una gran plaza cubierta que traduce la Forma de este tipo de Instituciones concebidas como lugares para el fomento de las relaciones humanas.

Continuará…

Síntesis de una entrada de la tesis doctoral «Densidad Aparente. Las lecciones de Roma en Louis I. Kahn» del doctorando Rubén García Rubio bajo la codirección de Francesco Cellini (Univ. Roma tre), Julio Grijalba (Univ. Valladolid) y Juan Carlos Arnuncio (Univ. Politécnica de Madrid)